La Universidad Católica de Chile en conjunto con el Consejo de la Cultura y el co-financiamiento del Fondart llamaron a concurso para realizar el Anteproyecto del Edificio Docente e Investigación de la Escuela de Arquitectura, inserto en el barrio Pedro de Valdivia Norte, un barrio residencial tranquilo a los pies del Cerro San Cristóbal, donde predominan las construcciones de un piso.
La propuesta ganadora diseñada por Gonzalo Claro, Pablo Levine, Luis Abengózar, Luis Laliena y Carola Ureta fue elegida gracias a su fineza que "trasciende eso si la pura estrategia. Porque no sólo eleva el auditorio dotando a todo el campus e incluso al barrio de un nuevo espesor, de un horizonte inédito; la gracia es que lo hace sobre un volumen de 2 niveles, sobre una plataforma baja que permite que haya relación entre este nuevo nivel y el suelo del campus (…) Como consecuencia de esta compactación de los construido, el volumen resultante es amable con sus vecinos, sean estos los de escala residencial del barrio como la escala patrimonial de la casona" Según las palabras del mismo Jurado.
El anteproyecto para el nuevo edificio de Lo Contador a continuación.
Se buscó responder a las necesidades a escala del campus a partir de una pieza de escala doméstica que se sumara a la secuencia de casas que constituyen el borde sur de la Escuela de Arquitectura. La forma busca responder esta búsqueda mediante una operación inicial: liberar el suelo y la cubierta para ofrecer ambas al barrio. De esta manera el programa se desarrolla en un cuerpo de dos plantas que contiene el programa suspendido sobre el plano del suelo. En los extremos del volumen se disponen los espacios que servirán como soporte de la vida más pública: un patio cubierto, protegido de la lluvia y una terraza abierta sobre la Casona y el cerro.
El edificio reconoce y se estructura en los dos sistemas presentes en el lugar: por un lado mantiene el trazado masivo de pircas, muros gruesos y pesantes, que contienen la pendiente y por otra parte, trabaja con la arquitectura aérea, articulada, de pilares y vigas de madera que se encuentra en los espacios tal vez más reconocibles de la Escuela; sus túneles, el refectorio y la capilla. Las pircas se mantienen y guían el recorrido al interior del conjunto; el acceso no es directo sino a través de una sucesión de etapas marcado por las gradas y los giros. La llegada al corazón del campus, sus patios y espacios públicos, se hace así progresiva y veladamente. Estos muros de contención se transforman en sus extremos en los apoyos del volumen liviano que se posa sobre ellos.
El programa se dispone libremente al interior de la trama de pilares y vigas. Los despachos de los profesores se sitúan a todo el largo de la fachada sur sobre la calle en los dos niveles. El ciudadano de a pie percibirá una fachada activa, en movimiento y cambio, las lámparas de los escritorios de los profesores que se encenderán al caer la tarde. Sumado al orden interior del edificio se disponen dos piezas mayores de uso más público y a las cuales se puede acceder libremente desde el campus sin necesariamente entrar al nuevo edificio sumándose al recorrido de las grandes salas de clases como la capilla y el refectorio.
Estas piezas se sitúan en los extremos del recorrido del edificio; las aulas docentes se disponen enfrentando al nuevo zaguán a nivel de suelo, como un pabellón sobre el jardín y el auditorio con la cafetería se desarrollan en la terraza del tercer nivel creando un nuevo suelo elevado sobre la calle y el barrio, un mirador a la altura de la copa de los árboles. Un circuito que enlaza y activa los extremos del edificio que se levanta siguiendo el esquema original de la alquería; un volumen lineal que combina la masa de muros gruesos con el entramado de la madera y que si bien se constituye como una pieza nueva se entiende como una prolongación del tejido preexistente que busca preservar.
"Esta última operación puede ser descrita como la gran apuesta y el gran aporte del proyecto: llevar el auditorio, el programa más público, al nivel superior (…) La importancia de esta operación radica en que se le introduce al campus algo que hasta este momento no tenía: conquistar el nivel donde aparece la geografía (cordillera y parque metropolitano) como un nivel público" declaró el jurado
Concurso
Edificio Docente y de Investigación Escuela de Arquitectura UCPremio
Primer LugarArquitectos
Gonzalo Claro + EquipoUbicación
Monseñor Carlos Casanueva, Providencia, SantiagoEquipo de proyecto
Pablo Levine, Luis Abengózar, Luis Laliena, Carola UretaSustentabilidad Medioambiental
Juan Pablo VásquezCálculo Estructural
Alberto RamírezPaisajismo
Imara HasslerÁrea
2000.0 m2Año Proyecto
2013Fotografías
Cortesía de Gonzalo Claro + Equipo